Probablemente este sea uno de los tiempos más lectores de los habitantes de Chile. Hay mucho que ver al borde de la vereda picada, en las costras de carteles pegados sobre carteles, en los fierros pintados de plumón rabia, en la Constitución añeja vendida sobre paños, en las fachadas, en el reverso del asiento de la micro. Es imaginable también que este proceso no sería el mismo de no ser por el empleo de la tecnología y de las redes como plataformas de visibilización de información y de organización de los cuerpos entre sí.
Quisiera aprovechar este entorno virtual para potenciar el vínculo entre esos cuerpos todo lo posible. Pienso en la importancia de participar de la forma que se pueda, intentar con otras y cuidar de sí y de otros en esa exploración. Pienso, entre tanto, en la importancia de la reunión, de coincidir en un mismo espacio para quebrantar las dinámicas individualistas.
Leo a Hakim Bey un día en que mi cuerpo no puede salir a la calle. Hay otros tantos días en que no me sirve hablar, en que siento cómo nos damos tumbos contra razonamientos repetidos y cerrados. Hay días en que mi cuerpo tiene más elocuencia que mi voz. He marchado, tocado, bailado, encendido, roto, abrazado, curado, gritado, compartido, escuchado, aprendido, rabiado, llorado, igual que muchxs. Los niños a los que pregunto cómo se sienten me dicen que nadie les había preguntado antes. Nos abrazamos y reconocemos en nosotros la fragilidad de ser humano. Tan rompibles, tan susceptibles. Por lo mismo, tan capaces de caos y de creación de sentido.
Bey, mi pirata regalón, explica en Inmediatismo que todo movimiento es caos, por ende, el orden es una cristalización del flujo vital, de modo que no hay «ser», solo «convertirse». Este flujo, controlado por las estructuras de organización humanas como el capitalismo, tiende a confundirse en la producción de la escasez o en la jerarquización de roles de sus participantes. Ante esto, la libertad sería una práctica, un proceso, un movimiento, basado en la promoción de situaciones de juego como forma de subversión al ciclo trabaja/consume/muere.
¿Cuáles son aquellas formas temporales de juego que podemos proponer para combatir la cristalización? El pirata invita a preferir formas de encuentro lo menos mediadas posibles, a experimentar con las posibilidades más próximas al cuerpo en situación, a recuperar y reinventar, a difuminar los límites, a dar:
Simplemente encontrarse cara a cara es ya una acción contra las fuerzas que nos oprimen con el aislamiento, con la soledad, con el trance de los medios (…) La finalidad “secreta” de la convivialidad en la sociedad secreta se convierte entonces en la auto-estructuración y la auto-valoración del tiempo libre
Él realza aspectos de ciertas prácticas organizativas de las sociedades secretas, como los piratas, el Potlatch o el Tong. Otras, tal vez más próximas a nuestra realidad, pueden ser, por ejemplo, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, las asambleas territoriales, nuestras abuelas que se apañan en la precariedad de sus barrios o los niños que se juntan a imaginar debajo del resbalín.
A partir de esto, profeso la importancia de reunirse con amigos a jugar, permear las membranas de nuestra sociabilidad hacia otros núcleos de amigos, incomodarse para aprovechar de reformar conductas de consumo distintas, recorrer nuestros barrios para encontrar nuevas alternativas de abastecimiento que reconozcan el cariño que hay detrás, apreciar las capacidades de nuestros cercanos, aprovechar la multiplicidad de posibilidades que ofrecen nuestros cuerpos por el solo hecho de estar, observar los modos de resolver la convivencia que practican otras especies, y así, tantas otras.
Por lo mismo, dejo un compilado de propuestas para intentar con uno/con otros que he podido recoger de bastante gente en este tiempo y que iremos editando en base a sus colaboraciones a nuestros chats en redes:
- ofrecer una sesión para enseñar nuestros oficios a otros
- cocinar para nuestros amigos
- armar mini libro con sobras de papel en el que se escriban/dibujen formas de ternura según cada uno
- rayar la calle
- juntarse a un día de jardineo
- diseñar capuchas con retazos
- peinar a alguien
- hacer collages, dibujar, pintar, bordar o modelar en masitas con amigos
- donar insumos médicos a quienes colaboran en las manifestaciones
- preparar una comida con colaboraciones y compartirla con quienes viven solos, por ejemplo
- organizar una junta temática
- idear banderas de nuestras premisas vitales, bordarlas, zurcirlas o pintarlas. Destruirlas si es necesario
- hacer pancartas para la marcha con materiales compartidos
- matetún
- acarrear una bolsa con alimento de perro para dar a los que encontremos en la calle
- hacer un retrato de un humano creado a partir de trozos de fotos de cada uno de nuestros amigos
- regalar, redistribuir nuestras cosas
- practicar suprareciclaje con ropa, muebles y artículos electrónicos
- plantar un árbol en la plaza que nos haga sentido
- bailar solo en el espacio habitacional, ya sea con la cara, con las manos o cuerpo entero
- contarle a un amigo bailando cómo estuvo nuestro día
- recoger papeles encontrados en la calle y armar un nuevo texto con ellos
- hacer lista de canciones colaborativa basada en alguna emoción
- planear una salida de la ciudad, subir un cerro, gozar un curso de agua
- luchar por nuestros sueños de infancia
- improvisar música
- recoger piedras y armar formas con ellas en el suelo
- armar manuales o tutoriales para que otros también puedan
- tenderse a escuchar un disco completo con las luces apagadas
- hacer pan e invitar a tomar once en los jueguitos del parque a otras personas
- mirar hormigas
- caminar fuera de ruta
- inventar otro final a nuestra historia favorita
Reunámonos, colaboremos, subvirtamos
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Referencias
Bey, Hakim. Inmediatismo. Trad. Carlos Barona. http://www.merzmail.net/inmediatismo.pdf
