Ender Rodríguez (San Cristóbal – 1972) es un escritor y artista multidisciplinario de Venezuela. Es licenciado en Educación Integral. Ha publicado: Cantos del origen (2001, CONAC); El sofá de Beatrice (2006, CENAL); Primavera cero (IPASME, 2007); Creactivo I (BARIQUÍA , 2007); Rabo de Pez Nuevos idiomas en la creación formato e-book (FEUNET, 2014), Ex sesos y asa res Borrones para textos no tan perversos (CENAL, 2016), El Blues de la Parca cuentos grotescos (AMAZON, 2017) y Creactivo II (AMAZON, 2017) entre otras publicaciones en internet y en físico como coautor. Puedes revisar más sobre su escritura en su blog personal.
Les dejamos a continuación tres poemas de su selección:
(1)
MI CORAZÓN SE LLAMA J.A.C.K .
A Caupolicán Ovalles
Mi corazón es frío y virulento
como John Wayne
dramático como novela de James Joyce
y no es sólo ebrio como hojilla en cueros
ni pálido como huracán en sequía
Mi corazón es un peregrino lento
una fiesta de bichos perversos y alegres
en su arrabal de lodo
suele salirse de sí
entrar a un volcán
y amanecer de verrugas
es un solitario peluche de morfina
una supernova, sin corazón ni diástoles a tiros
gravita mi hermoso caníbal eyaculando brea
es un rey de Sade, un Water Gaga, un aguacero de azufres
se enferma de a ratos y vive pensionado
en una granja de átomos y chupacabras
Mi corazón es más que mis sesos y medio hígado
es un tiro-fijo con chorizos agrios en plan de guerra
bebe aire a mediodía para su tos
come estrellas tibias de T.V.
pasa su propio noticiero
se incendia a menudo
como bufón de siglo IX
Mi corazón puede ser dulce como orín de flor
tiene demasiados árboles en sus hoyos negros
es un vino de amapola un elixir de lenguas y sangre
es un bombeador de incontinencia y tiene 17 cerebros
es un pulpo
sin ojos boxea cruzando la aurora añil
Mi corazón amada –mía-
a veces sufre de Tripofobia
es un diapasón de gasolina
y agujas
pero debes saber,
Amada -no tan mía-
mi corazón, adrenalina punk
no te ama tan cabrón
como la lava en una cabra hueca
de big bang
(2)
POEMO
A Ezra Pound
Mi poema debería decir se dio diez tiros el “Narco de los soles”
o convulsionó de verbos y uvas la muerte
Puedo escribir vivir es atragantarse de avispas
al no escribir
tener hoyuelos en los pedales de las manos
para no dejar de escribir, no es morir
Otro poema diría que rimar hambre con huevos
no daría altura ni metáfora al asunto
No puedo escribir infinita carne
si los huesos suenan como ruletas rusas
en el espinazo del cuervo en una palabra
Palabreo
si no sé a cuál quién ni cómo se estrellarían
las consonantes en los tsunamis del cráneo
Mi poema debería no ser un poema
de esos que no pueden ni venderse en un bar
podría quizás
acostarse sobre sí misma
esta escritura violenta
como el peor de todos los malos poemas
(3)
USTED
A María Ruíz
Saque la piel de su lugar
y lávela cómodamente con neón
Póngala a secar como un espíritu
de juguete.
Si le gusta o no le gusta
la suspensión
no es mi problema.
Vea entre dientes
un mundo bajo y sobre otros.
Sienta la estela
Microeléctrica.
Sea una chispa
de inevitabilidad
o un mal de ojo
de trillones de dudas
miltilineales.
Azótese los oídos
con los pies de su alma.
Extorsione
con escrúpulos de moscas.
Siéntase
como un infraleve polvillo cósmico.
Toque su órgano
en schock
predeciblemente melancólico
pensando en la secuencia Fibonacci
desnuda.
No se pase de listo
con sus huesos.
¿Cree usted que es una paranoia de nubes o algo así?
Persígnese
las arrugas
y déjelas en paz.
Deje de oler
a quimio
a las 4 AM.
No vuelva a lamer
la sección áurea
de la telepatía
del pubis.
Y en definitiva
no blasfeme
al infinito.