Soy una persona de dos territorios, como muchos otros. He migrado dentro de Chile más de una vez, sin embargo, son dos los lugares que me han estructurado más significativamente. No se trata tanto del tiempo que uno pase en cada lugar, sino del modo en que se es permeado por ellos.
Hablo desde mi sur, el nicho, el retorno libre hacia una suma de sensorialidades y memorias que han quedado impresas en mí. Al mismo tiempo va cambiando todo aquello que parecía conocido, hasta adoptar, incluso, el aura confusamente familiar de los sueños. Hablo también desde el centro, que ha posibilitado mi subsistencia, mi expansión, por lo mismo, lugar de las siempre actuales incertidumbres.
Las artes, en ambos territorios, han sido mi constante móvil y anclaje. A mediados del invierno pasado, alimentando esa misma premisa, visité Grabado: hecho en Chile, una muestra del Centro Cultural La Moneda, ubicado en el centro de la capital, que prometía establecer un diálogo en torno al grabado desde la perspectiva de artistas de Santiago, Valparaíso, Chillán y Temuco. Después, a mediados de este verano, visité Stampa: Colectiva de grabado & arte impreso, una muestra de la Corporación Cultural de Puerto Montt, que incluyó obras de artistas de las regiones del Biobío a Magalla
La primera exposición, Grabado: hecho en Chile, estuvo disponible desde fines de julio del 2021 a finales de enero de 2022. Fue curada por Justo Pastor Mellado, quien “a través de una serie de obras y autores propone configurar una historia (posible) de las artes gráficas en nuestro país” (CCLM, Ficha de sala). En ella se presentaron 203 obras de 7 artistas distintes, provenientes de diversas ciudades del centro y sur de Chile. Esta se focalizó en la lira popular, en talleres de grabado para niñes de Eduardo Vilches y en las ilustraciones de Carlos Hermosilla. También contaba con peculiaridades como esculturas al estilo de las loceras de Quinchamalí, muestra de matrices de gran tamaño, un glosario y dos estaciones de mediación.
Si bien esta muestra pone “énfasis en la visibilización de escenas regionales, la presencia de cuatro mujeres grabadoras y experiencias comunitarias en torno a esta técnica” (CCLM, Ficha de sala), puede ser ambicioso creer que Grabado: hecho en Chile propone una historia representativa de las artes gráficas y un panorama suficiente acerca de las escenas regionales. Efectivamente la investigación y visibilización del curador apuntan a un enfoque social de diversas formas de grabado a través del tiempo.
Sin embargo, quedan muchos aspectos afuera. Por su parte, desde la mediación sí se propusieron formas de ampliar la experiencia de los espectadores, como la inclusión de una estación de reflexiones en torno a la fotografía o a las imágenes digitales y la incorporación de interesantes preguntas mediante la ficha disponible al escanear un código QR en la entrada de la Sala Andes. Aquí van algunas de ellas: “¿En qué espacios públicos observas prácticas de grabado en la actualidad? ¿Qué transformaciones puedes observar en las distintas formas de presentar el grabado en esta exposición? ¿Qué similitudes observas entre las tecnologías artesanales del grabado y los medios digitales?” (CCLM, Ficha de sala).
La segunda exposición de grabado con que me encontré en este tiempo fue Stampa: Colectiva de grabado & arte impreso. Esta fue estructurada mediante una convocatoria gestionada por la Corporación Cultural de Puerto Montt en que, mediante los jurados Marcelo Gallardo, Diego Gálvez, Andrés Muñoz y Mauricio Escanilla, fueron seleccionados dieciséis artistas de 60 postulantes para ser parte del Octavo Salón de las Artes Visuales SURMUNDO 2022.
Esta muestra inicia con un texto curatorial que ofrece un recorrido histórico de la relación de los seres humanos con diversas técnicas de grabado desde tiempos antiguos hasta la actualidad. Entre los artistas que se mencionan como grandes exponentes en Chile coinciden ciertos nombres respecto de la exposición del CCLM: Carlos Hermosilla y Eduardo Vilches. Además, dicho texto declara la importancia de compartir las obras de “artistas y obras que dan cuenta de expresiones contemporáneas del grabado (y sus derivaciones técnicas y tecnológicas), que surgen al sur de los grandes relatos (entre Biobío y Aysén)”.
Desde este enfoque, destaco la inmensa diversidad de las obras que conforman la muestra en muchos aspectos, la incorporación de nuevas tecnologías en el caso de algunos artistas y la inclusión de códigos QR en las cédulas, que permite acceder al contenido digital de los artistas, como sus páginas web o sus perfiles de Instagram, lo que proyecta las posibilidades de los espectadores más allá de la Sala Hardy Wistuba.
Se señala en el texto curatorial también que las obras seleccionadas
son estampas que provienen de diversidades territoriales, procedimentales, discursivas, técnicas, que nos ofrecen trazas bien definidas para dialogar y comprender un modo de abordar la producción visual (…). Características que hacen del grabado una fuente inextinguible de medios para seguir problematizando en torno a las imágenes, la imaginería y los imaginarios que sostienen nuestra relación con el dinámico universo visual en que orbitamos
En ella confluyen obras en diálogo con la ruralidad, el animé y el cómic, la vegetación, el ser mapuche, los paisajes oníricos, el tatuaje, la mitología local, los oficios, los paisajes húmedos, las infancias, los animales y más. Algunas técnicas empleadas son la xilografía, dibujo digital, modelado 3D, colagrafía, risografía, serigrafía, animación digital, ilustración digital, algrafía waterless, aguafuerte y más. Todos estos elementos hacen de esta una muestra aterrizada, conectiva, diversa, actualizada y cuyo texto curatorial entrega un panorama muy completo, aunque no cuente con actividades de mediación.
Ambas muestras tienen enfoques distintos y apuntan a funciones diferentes en la escena. De todos modos, es interesante contrastar la visión según quien enuncia desde el centro, respecto de quien lo hace desde las regiones sur-australes. Si bien es común encontrar exposiciones curadas por una sola persona y, en el caso de la primera, hay un enfoque más sociohistórico, no puedo dejar de vibrar en la diversidad de Stampa. Tal vez porque soy particularmente permeada por mi identificación territorial. De todos modos, creo importante al menos cuestionar los relatos levantados desde el centro. Me parece curioso, además, pensar en el tono actual de ese título, en oposición al cariz ambicioso y hegemónico del título escogido por Pastor Mellado.
Creo importante considerar el impacto que tiene en los públicos los discursos artísticos difundidos por un lugar tan influyente como el CCLM, al que asiste mayoritariamente gente de las comunas del centro de la capital y extranjeros, quienes son permeados por una curatoría acotada. Y, aunque este en otras ocasiones ha acogido manifestaciones artísticas menos centralizadas, sería bello que más personas pudieran tener acceso a muestras como las de SURMUNDO de Puerto Montt, cuyo impacto en mí contribuye a la amplitud de la afectación de las artes gracias a la fluctuación y pertenencia a dos territorios distintos. Y que así, como cada ojo, cada mano, cada oído, cada pie tiene su par, que estos también contengan el vértigo y el contraste de apuntar a más de una dirección; que el cuerpo partido en dos, incluso en más, grabe en sí las múltiples posibilidades de las memorias híbridas.
Grabado: Hecho en Chile. Reseña y ficha de sala:
Stampa: colectiva de grabado & arte impreso. Nota de prensa
Texto curatorial:
Sur mutante no es una revista convencional, es un libro objeto. Apostamos por un formato de lectura fragmentado, relacional y no lineal, de manera que los 20 textos que lo componen se encuentran divididos en 4 carpetas coleccionables. Además, al reverso de los textos, encontrarás afiches desplegables que podrás pegar en alguna pared si lo deseas.
En Wallmapu los amaneceres dibujan un paisaje misterioso: el rocío sobre las plantas, una sábana de niebla sobre el verde lecho del campo que arropa
En síntesis, la propuesta constitucional, aunque usa un lenguaje positivo que pareciera tener intenciones nobles, genera una grave retroceso. Particularmente, en cuanto al derecho a la educación, no representa una mejoría respecto a la actual constitución y, de hecho, nos hace retroceder en la materia. Esto no solo ocurre en materia educacional, sino que, en muchas otras que involucran medio ambiente y cuestiones de género. Entonces ¿Está de acuerdo con que el Estado promueva y fortalezca la educación pública?
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