Artes escénicas

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Batucada o la experiencia desnuda y sin rostro

El hecho de la existencia pública en sociedad posee reglas que damos por sentado y que rigen los cuerpos. Sin que interpretemos esto como falta de libertad, es sabido que nos exponemos al público desde el semblante del rostro, la cabeza, y que generalmente, al menos que estemos en una playa, una piscina, un camarín, un sauna, en la privacidad del acto sexual, etc. (todos relacionados con la presencia de partículas de agua o fluidos), tapamos casi completamente el resto del cuerpo con nuestra vestimenta. Si es que estamos casi desnudos lo que siempre sigue sin ser develado es el sexo biológico y el poto. Incluso los pechos de las mujeres (históricamente también tratados como una parte impúdica del cuerpo) se muestran públicamente más veces que lo que tenemos entre las piernas o el lugar por el que cagamos.

Batucada, desplante escénico creado en el centro de creación y residencia NAVE, ubicado en Libertad 430, Barrio Yungay, ciudad de Santiago, Chile, se manifestó ante mí como una intervención política que me conmovió profundamente en este hecho. Subvirtió (para siempre o por un momento) mi forma de reconocimiento del humano, a través ya no de la mirada que te devuelve el otro o las características de su rostro, sino de la forma (no velada) de una cintura, el color de una piel, el tamaño de un glúteo o un pene, el color de ese pene, lo peludo de una vagina o un torso, el porte de una tetilla, alturas, dureza, blanduras y grosores.

Batucada, creación de Marcelo Evelin/Demolition Incorporada, comisionado para el Kunsten Fesitval des Arts, desarrollado primeramente en Bruselas (Bélgica), donde tuvo su estreno en mayo del año 2015, se presentó en Santiago únicamente dos días, viernes 19 y sábado 20 de octubre, como parte del programa Internacional del Festival Escena 1 DanzaSur. Para la creación de este acontecimiento, vinieron desde Brasil (Teresina-Piauí) Marcelo Evelin junto a su equipo, quienes convocaron a la comunidad local que se mostrara interesada, para compartir durante 8 días una experiencia de creación humana y performática.

Para no develar en detalle esta experiencia, la cual debe mantenerse siempre única y sorpresiva, diré que era básicamente una batucada privada, hecha con sartenes, tarros y ollas como instrumentos de percusión, para un gran número de gente que no tenía sillas donde sentarse, por lo que solo quedaba el suelo y las paredes como apoyo. Lo más significativo para mí, al menos, en esa experiencia que nos regalaron, fue que vi, escuché e incluso en algunos momentos olí, durante más de una hora, muchos cuerpos desnudos. Estos cuerpos no tenían rostro, pues los llevaban tapados, justamente al revés del hecho cotidiano de andar vestidos.

El cuerpo, sin ninguna palabra dice la verdad, y se devela como un aparato extramoral, sin razón de ser, pero con todo el sentido.

Aquellos cuerpos que vi tocarse y moverse sin “identidad” (pues la identidad parece estar muchas veces sólo en el rostro) durante tanto tiempo en un espacio-tiempo que se volvió rito, me hicieron caer en la cuenta de que el espacio que tanto diferencia, supuestamente, a hombres de mujeres, (nuestros testículos), representa menos del 10% de nuestro cuerpo, al menos en los que respecta a lo visible. Esa revelación me hizo notar además que las diferencias que tanto se adjudican a las características sexuales secundarías también eran mínimas, al menos en las circunstancias de cuerpos desexualizados en la práctica, en una instancia colectiva de baile, donde todas esas diferencias perdían la importancia jerárquica e inútil del día a día influido por las prácticas de la historia global.

Estos cuerpos me hicieron dudar y a ratos odiar el porno, los libros de texto, los cánones de belleza griega y del Renacimiento, a Da Vinci y sus cálculos perfectos del hombre de Vitrubio, las religiones, la publicidad, y las conversaciones o burlas sobre los cuerpos “diferentes” que hemos escuchado o de las cuales hemos participado ¡Diferentes! como si cada uno de nuestros cuerpos no fuera completamente diverso respecto de los que nos rodean día a día. En esa develación del desnudo en la posibilidad de todas las edades y sexos, de gente que no era modelo ni seguía la norma del canon estético epocal, en ese desnudo casi siempre privado, ahora como algo público, y en esos rostros enmascarados que los igualaban, pude entrever la rabia y la protesta por una libertad casi tan antigua como la humanidad o el nacimiento de cada uno de nosotros.

Me dio pena la vergüenza inútil y la violencia de las relaciones de conceptos normalizados y preconcebidos frente a la falta de relaciones sensoriales y corporales en el silencio de lo que es evidente: nuestra materialidad única e irrepetible, nuestro cuerpo. A partir de allí comprendí que el rostro se relaciona socialmente con nuestra individualidad, con el lenguaje y el raciocinio, con lo bueno y lo malo, mientras que el cuerpo, a pesar de sus particularidades, se relaciona con la colectividad, con lo existente y lo evidente. El cuerpo, sin ninguna palabra dice la verdad, y se devela como un aparato extramoral, sin razón de ser, pero con todo el sentido.

Cabe preguntarse, a partir de una experiencia como Batucada, por los espacios cotidianos de subversión. ¿Cómo hacer que nuestras palabras tal vez, pero preferiblemente nuestro cuerpo, hable para evidenciar lo que está más escondido: los micro-penes que nadie muestra, los sexos intersexuales que se ven obligados a esconderse, la planicie de los pechos, los rollos, los huesos, las cicatrices, las manchas, los pelos? Quizás la respuesta está en la danza, en la performance o en la participación de las batucadas con las que nos encontramos de vez en cuando caminando por la ciudad.

Para conocer este y más trabajos de Demolition Incorporada, seguir el link: https://www.demolitionincorporada.com/videos

 

Ficha artística

Concepción, Creación y Dirección: Marcelo Evelin

Colaboración artística del proceso de creación: Carolina Mendonça, Elielson Pacheco e Sho Takiguchi

Colaboración artística de las ediciones 2019 : Erivelto Viana

Interpretado por: ciudadanos-artistas locales selecionados por convocatoria pública

Coordinación técnica: Márcio Nonato

Dirección de producción: Regina Veloso/CAMPO arte contemporânea

Asistente de producción: Gui Fontineles y Humilde Alves

Realizado por: Demolition Incorporada, creado originalmente para el Kunstenfestivaldesarts/Bélgica


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