Artes escénicas

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Entrevista a Pedro Aznar: «el arte es fundamental para entender la vida y para vivirla»

 

Pedro Aznar es uno de aquellos músicos que se han vuelto un emblema. Con solo 19 años formó el grupo que se convertiría en una de las bandas más importantes para el rock argentino, y de ahí en adelante no paró hasta construir su carrera como compositor, escritor, productor, cantante, entre otros. Pues sí, Aznar, entre todos los proyectos que ha realizado, también publicó un libro de poemas titulado Pruebas de fuego, sin embargo, no tuvo tanto alcance como sus álbumes.

Quisimos saber qué pasaba por la cabeza de este multifacético artista, hablar sobre sus propios procesos y su concepción acerca de la música. Porque Aznar ha pasado por las escuelas más tradicionales de su país y otros lugares del mundo, pero al mismo tiempo valora completamente la espontaneidad que la música y su aprendizaje implica. Entiende que el arte y el rock solían tener un sentido profundamente social y que, aunque esto ha cambiado con el tiempo, se mantiene y lo agrega a la reflexión emocional que sus canciones despiertan.

Aznar vino a Chile por un par de semanas para un concierto en Santiago, y nos recibió en su hotel para esta entrevista, donde hablamos no solo sobre su pasado y presente como compositor, sino también de la situación actual de la educación musical en Latinoamérica. Además, nos dio algunos consejos para los/las compositores/as que quieren hacer su carrera y vivir de esto.

1. Cuéntanos sobre tu proceso creativo, ¿cómo describirías ese momento de creación? ¿Hay algo que específicamente que te inspire?

La creatividad es una actitud que se vive todos los días. Cuando una idea nace es como una manzana que cae porque está madura pero la manzana no ocurre de un momento para otro. La manzana lleva madurando durante semanas, meses. La manzana primero fue una flor y antes de ello fue un árbol desnudo en el invierno. Con un creativo pasa exactamente lo mismo. Hay momentos que pueden parecer de sequía, que no está pasando nada pero en realidad lo que está haciendo el creativo es sumar experiencias de lo que vive cada segundo de su vida. Todo eso se va acumulando en un lugar y después de ese lugar va a caer una manzana cuando el momento sea el preciso. Ahora, ¿cuándo es el momento preciso? Se podría decir que uno nunca sabe y al mismo se podría decir también que es cuando uno lo decide.

Un creativo de verdad debería ser capaz de crear belleza en cualquier momento a su propia voluntad o a pedido de alguien. Debería poder crear cuando sea o los elementos deberían estar en él o en ella.

Un creativo de verdad debería ser capaz de crear belleza en cualquier momento a su propia voluntad o a pedido de alguien. Debería poder crear cuando sea o los elementos deberían estar en él o en ella. Ahora bien, uno puede operar de dos modos distintos; puedes dejar que la fruta caiga por su propia madurez en algún momento por una especia de embarazo psicológico creativo, o puedes sentarte deliberadamente a crear.

2. Desde tu visión de artista, ¿cómo ves la educación musical en cuanto a entregarle herramientas al/la músico/a? Hay escuelas de música, pero hay gente que se niega a estudiar eso, dice: “yo puedo ser músico sin necesidad de educarme… yo lo hago por mi cuenta”. Nos gustaría saber cómo funciona esto en ti, que estudiaste en Berklee, pero también tocabas de antes ¿Qué nos podrías decir sobre este tipo de educación? ¿Qué tan importante es y fue para ti?

Yo creo que cada persona tiene que encontrar su modo de expresión, y no somos todos iguales, no a todos nos da por las mismas cosas ni por las mismas modalidades de trabajo. Para algunos el estudio es un tedio, es un aburrimiento, es algo que quita las ganas. Ahora, para otros el estudio es una forma de bajarse de un carro a caballo y subirse a un avión a chorro y ganar velocidad, ganar tiempo y allanar territorio rápidamente para montar su propio vocabulario. Tiene que ver también con lo que uno ambiciona ser: si uno quiere hacer música con una guitarra, hacer canciones que no requieran de una interpretación virtuosa se pueden hacer grandes canciones. Hay innumerables cantautores que no tienen una educación musical formal que han hecho obra inolvidable, y que han cambiado el mundo no sólo en lo artístico, sino en el pensamiento. Ahora, si uno quiere dirigir una orquesta, por ejemplo, lo mejor que puedes hacer es ir a una escuela en donde te enseñen cómo hacerlo. Tiene que ver con la sensibilidad de cada uno, con qué es lo que a uno le sienta mejor y depende de qué uno ambicione a ser artísticamente.

En líneas generales, diría que en el mundo y particularmente en Latinoamérica no hay un enfoque artístico en la escuela. Las escuelas vienen de una tradición prusiana en la cual se enseñaba a los ciudadanos a obedecer básicamente, y a ser eficaces en el trabajo.

3. En ese sentido, por ejemplo, en Chile hay muy pocas horas de música como base en el currículum, pues son dos horas, y de artes visuales lo mismo, y otras artes simplemente no se toman en cuenta. ¿Cuál crees que sería el rol de la música dentro de la educación escolar y no universitaria?

En líneas generales, diría que en el mundo y particularmente en Latinoamérica no hay un enfoque artístico en la escuela. Las escuelas vienen de una tradición prusiana en la cual se enseñaba a los ciudadanos a obedecer básicamente, y a ser eficaces en el trabajo. Lo que los gobiernos necesitaban cuando se crearon estas escuelas en el siglo XIX era una fuerza de trabajo eficaz y obediente, cosa que no tiene mucho que ver con el arte, con el disfrute personal y con el placer.

Yo creo que sabiendo lo que sabemos hoy sobre didáctica, sobre educación, sobre neurolingüística, sobre nuestra conformación como seres creativos y vitales, el arte es fundamental no sólo para entender la vida, sino para vivirla. Es fundamental para poder expresarnos, para poder comunicarnos, es imprescindible para que los niños tengan un desarrollo completo no sólo en cuanto a lo estético, pues tiene que ver incluso con el desarrollo psicomotriz de los chicos. Se ha comprobado que la música es tan importante, o más, que la matemática para el entendimiento del espacio-tiempo de los chicos. Los chicos que aprenden música desde muy temprano son los chicos, generalmente, con un coeficiente intelectual más alto. Y además está el hecho central que es el placer, es el disfrute: la vida se disfruta muchísimo más cuando se tiene una sensación, no solo una idea, sino una sensación de la belleza del mundo. Es más difícil que alguien se deprima si la sensación de la belleza de la vida y del mundo está incorporada.

 

4. ¿Cómo crees que influye la sociedad, entendiéndola a grandes rasgos: desde la familia hasta todo el contexto social, en lo que respecta a oportunidades y desarrollo del aprendizaje del músico? El artista, al querer ser músico, ¿cómo influye que en la sociedad no haya muchas oportunidades en relación a otros? ¿Cómo toma la sociedad el hecho de que alguien quiera dedicarse al arte? Y, ¿cómo influye esta disposición de la sociedad?

En muchos casos la respuesta es negativa, la respuesta es ‘¿y de qué vas a vivir?’; caso clásico es ‘a qué bien, usted toca la flauta, pero, ¿y con qué piensa comer?’… porque hay una concepción de que el arte es decorativo, y de que como tal es superfluo, y es prescindible; por lo tanto, quienes lo hacen también van a ser prescindibles en algún momento o siempre. Mientras que alguien se dedique a los negocios, a la arquitectura, a la venta de productos comestibles, siempre va a ser necesario. Esta es una concepción seriamente equivocada, prejuiciosa y torpe.

Ahora, el tema es cómo hacemos los artistas para que lo que nosotros hacemos no sea prescindible. Yo creo que la respuesta a eso pasa por muchos lugares, pero principalmente pasa por hacer una música que sea profunda, que sea honesta con uno mismo, porque si es honesta con uno mismo va a ser honesta con los demás. Creo que nuestra función en definitiva es curiosear y meter el dedo en la llave y decir ‘a mí me angustia no saber esto’ y ponerlo en una canción, ponerlo en una obra, porque eso es lo que comunica con los demás.

5. ¿Sería entonces la reflexión que evoca una canción un elemento central de la música?

Sí, pero no es el único elemento. También la alegría impagable es un elemento fundamental, también el placer… hacerlo por puro placer. Hacer música por desafío, por mojarle la oreja a la sociedad, hacerlo para romper una estructura, hacerlo por pura alegría, hacerlo en chiste, ser irónico. No tenemos por qué ponernos sesudos, inteligentes y solemnes, hay que hacer inteligentes preguntas pero también tener una cuota de humor y relax. De poder hablar también de las cosas pequeñas porque en las cosas pequeñas está la semilla de las grandes cosas.

6. Siguiendo ese tema más ligado a lo social, ¿cómo ves el desarrollo y evolución de la música en Latinoamérica? ¿Cuál es tu perspectiva sobre este panorama en términos generales?

La canción popular y el rock empezaron en algún momento a ir por lados diferentes. El rock era una música que era mirada de soslayo y con un poco recelo por los medios de comunicación. Lo que hacíamos en los años 60 y 70 era considerada una música de rebeldía, una música que potencialmente era disruptiva de los cánones sociales, y claro que lo era. Tenían razón en asustarse un poco. Y después cuando el rock fue aceptado con brazos abiertos se convirtió en una gran industria. Pasó a jugar bajo los mismos parámetros que la música pop, entonces en muchos casos se puso más ‘manso’.

La canción popular comprometida políticamente, en el momento en que toda Latinoamérica pasa por un lapso de 10 años de dictadura, parte de la temática de esa canción se quedó huérfana. Yo creo que por una propia falencia de alguna de sus autores que no supieron reinventar su discurso, habiendo una infinidad de temas sociales y políticos candentes de los cuales se puede hablar. Muchos se quedaron hablando de una cosa que ya es. En estos días debiésemos estar hablando de otras cosas, montones de temas políticos y sociales que tocar, y hay que estar al corriente de lo que pasa.

 

7. ¿Cómo definirías a un buen músico? ¿Existe un requisito, valor o vocación? O ¿Cómo distingues a un buen músico?

Un buen músico es alguien que te hace sentir lo que siente a través de su música. Es alguien capaz de conmoverte. Lo puede hacer con dos notas en un instrumento hecho con una lata y dos piolines en la calle o lo puede hacer con un violín que cuesta un millón de dólares en una gran sala de concierto. No importa, pues lo importante es que te toque el corazón de verdad. Cuán virtuoso o no pueda ser un músico, es irrelevante para lo que podría llamar como un gran artista. Un gran artista puede ser alguien que sea apenas correcto al tocar los instrumentos. Podría citar una gran cantidad de nombres; músicos que nos han cambiado la vida, que no sabían leer una sola nota de música y que tocaban sus instrumentos adecuadamente y punto. Los Beatles, sin ir más lejos, cumplen todos los requisitos. Y Cuidado que lo que estoy diciendo es que no es un requisito, pero no significa que no sea valioso cuando alguien es un tremendo virtuoso. Uno escucha tocar a Wynton Marsalis y es conmovedor. Esa sensibilidad, sofisticación y delicadeza son por supuesto un valor. Lo que digo es que un gran artista no pasa por lo virtuoso que sea sino por lo que comunica.

8. ¿Qué consejos le darías a los que están comenzando y se están enfrentando a la sociedad y la escasez de oportunidades que pueden tener?

Yo les diría que no estén pendiente de encontrar aprobación. Uno tiene que forjarse su camino más allá de la desaprobación que puede haber alrededor. Siempre va a haber alguien a quien no le va a gustar, que no te va a apoyar o simplemente nos pueda dar una mensualidad para que vivas de eso. En muchos casos vas a tener que trabajar en algo que no te gusta para poder pagarte tus clases de música o para poder a ir a componer en algún momento del día vas a tener que quitarle horas al sueño. A todos nos ha pasado en algún momento y de alguna manera algo por el estilo. Eso no debe ser algo que te desvíe de tu camino o que te haga desistir. Es difícil, claro que es difícil y ha sido así para todos/as en algún momento. Después se pone un poquito más fácil pero no tanto, jaja.

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