En una suerte de novela neo-epistolar, la periodista y escritora Daniela Acosta presenta una narración unilateral de un intercambio inicialmente fluido y constante de correspondencia virtual, que poco a poco se va enfriando con el tiempo, convirtiéndose en una especie de diario de vida de la protagonista. Sin nombre, sin edad específica pero rondando los 30, la autora de los correos se transforma en un ente con el que fácilmente uno se puede relacionar. Y cuando digo uno, me refiero a «una»; un personaje con la que una se puede fácilmente identificar.
Una vida nueva, en una nueva ciudad, genera una reflexión sobre la independencia, el crecer, el desprenderse, el apego y desapego y la búsqueda del sentido propio. Esto crea un espacio de intimidad y reflexión propia que es inevitable al leer la novela, y predomina el descubrimiento del yo y el amor propio, por sobre el del otro: «Soy un mundo anónimo para todos y ellos en conjunto para mí. Y en cierta forma podría decir que es liberador».
La epístola, que a la larga se transforma en monólogo, indaga y plantea reflexiones en torno a la heteronorma, la deconstrucción del yo, del cuerpo y la sexualidad con una franqueza y dureza que contrasta con la fragilidad de la relación que se va rompiendo poco a poco, y que es revelada a ratos por desesperadas peticiones de restablecer el cercano vínculo de antaño.
La lectura a ratos tiene matices tarantinezcos: relatos detallados y enfocados en las pequeñeces y nimiedades de lo cotidiano, convirtiéndose en otros momentos en un análisis denso, real y crudo de lo que significa vivir y entender el mundo como mujer. La epístola, que a la larga se transforma en monólogo, indaga y plantea reflexiones en torno a la heteronorma, la deconstrucción del yo, del cuerpo y la sexualidad con una franqueza y dureza que contrasta con la fragilidad de la relación que se va rompiendo poco a poco, y que es revelada a ratos por desesperadas peticiones de restablecer el cercano vínculo de antaño.
Una vez finalizada, El Otro Tiempo invita a ser leída no sólo en su cronología, sino también como una serie de cuentos cortos unidos a veces por el sinsentido. Escoger uno, en un día cualquiera, hojearlo, re-leerlo, re-entenderlo, re-encantarse con la narrativa de la carta que no de puño y letra por consecuencia de los gajes de la modernidad, pero que es casi como una Rayuela. Una novela como un todo, que a su vez está constituida de pequeñas reflexiones: de lo importante, de lo banal, de lo grande y de lo pequeño. De todo y nada a la vez.
El Otro Tiempo
Daniela Acosta
La Calabaza del Diablo, 2016
106 páginas