Hace unos días tuve el gusto de ir al estreno de documental El optimista irracional (2019) en La Cineteca Nacional de Chile. La convocatoria fue bastante exitosa y el espacio se ocupó en su totalidad rápidamente. Al llegar al lugar, mis amigos me informaron que el documental duraría solo 32 min. Fue extraño, no acostumbro ver documentales tan cortos, es el prejuicio ante esta producción audiovisual, que debe ser larga y lenta, o corta y densa.
Luego de mi experiencia puedo confirmar que el documental y su duración tenían gran relación con un fin pedagógico, lo que me alegró mucho, pues no siempre se piensa en la realidad de una escuela al momento de crear estos materiales, y el tiempo es un gran factor que determina su utilidad y eficacia.
El optimista irracional comienza presentando brevemente la vida de Theo Jansen, un físico holandés bastante reconocido por su arte con una clase de tubos que forman esqueletos de originales “bestias” que pueden moverse por la fuerza del viento. Este artista con gran simpatía explica su proceso creativo e ingeniería para realizar su arte, entregando herramientas poderosas para una didáctica interdisciplinaria que reúne al arte, la naturaleza y las ciencias, teniendo la reflexión como objetivo.
Estos “algoritmos de vientos” son construidos en su taller frente al mar, es en este espacio donde adquieren vida, donde el artista puede ver una línea infinita, un horizonte inacabable que expresa los sin límites de la creación y la creatividad en analogía con la imaginación humana. El mar, representa la posibilidad del movimiento y la fuerza del artista. Las aguas son tranquilas e impredecibles como el movimiento de las bestias.
A su vez, el juego de mimesis que realiza Jansen se basa en la contemplación sobre la naturaleza y su fauna. Se vislumbra en su artefacto como la genialidad se logra con reflexión, y el atrevimiento que debiésemos tener los seres humanos para crear lo que imaginamos. Verdaderamente, un documental inspirador que puede empatizar con más de un estudiante creativo, científico y artístico, y por qué no, abrir los ojos de quienes aún no miramos en nuestro alrededor.
Como profesora, lamento a veces que tan buenos materiales no puedan ser acceso de conocimiento en las escuelas. El tiempo apremia bastante en estos espacios, por lo que el optimista irracional, logra transformarse en un material altamente pedagógico e inspirador para las nuevas generaciones.
Aquí el trailer