Nunca pensé que la serie de hechos desafortunados que me llevaron este año a Cahuita, un pequeño pueblo en el área caribeña de Costa Rica, significaría conocer un género musical completamente nuevo, junto con la potente historia detrás de este y de la comunidad que lo construyó.
Era invierno en las costas del Mar del Caribe. Por primera vez en los últimos cinco años, una tormenta eléctrica arrasó el territorio por tres días completos. Lluvias incesantes provocaron el desbordamiento de ríos y el derrumbe de puentes en las únicas dos carreteras que conectan la costa con la capital. Ahí estábamos, mi pareja y yo, en el segundo día de esta tormenta, dentro de un bus en medio de la carretera camino a Cahuita. Cuando finalmente logramos llegar, no pudimos irnos por la inundación y nos quedamos atrapados en este pueblo que, dentro de todo, con el sol ahora radiante y la marea más tranquila no lucía nada mal. Decidimos aprovechar nuestro tiempo explorando la historia del lugar y de los afrocostarricenses, pues mi pareja, al provenir de África, se sintió cautivado por su gente y a mí, como investigadora y gestora cultural, me intrigó la historical cultural.
Nos quedamos a unas cuadras del famoso Reggae Bar, ubicado frente a Playa Negra. Este era un bar gestionado por una familia de afrodescendientes, nacidos en el pueblo, quienes nos pusieron en contacto con “Danny, el músico”. Lo llamamos para juntarnos con él y al pedirle la dirección nos dijo que simplemente tomáramos un taxi hacia su casa, que todos los taxistas sabrían dónde ir. Dudamos un poco al comienzo, pero le hicimos caso. Encontramos a Juan, un taxista muy amable que luego nos llevaría a otras partes, y le dijimos vamos donde Danny el músico. “Ok, súbanse”, respondió, sabiendo exactamente dónde íbamos.
La casa era amarilla. El verdísimo pasto del amplio patio brillaba intensamente a la luz del sol. Al costado de la casa, había árboles gigantes de bambú y de otras especies locales como los yolillales, los cativales y el almendro de playa. Si estabas atenta, podías ver algunos monos congos que llegaban a comer insectos y a tomar agua de coco. Danny nos recibió con hospitalidad en su casa, junto a su bajista, y rápidamente comenzó a contarnos de su banda: Kawe Calypso.
Lo primero que aprendimos fue que la palabra calypso hace referencia a la música caribeña tradicional de Costa Rica. Estos ritmos tienen sus raíces en el siglo XVIII, dentro de las comunidades esclavizadas que llegaron a Trinidad y Tobago. Allí en Cahuita aún vive uno de los padres del calypso, Walter Ferguson, que actualmente tiene 102 años. Danny nos contó que fue estudiante de Walter y que actualmente es el único compositor de música calypso en el área, ya que, por su edad, Ferguson se retiró. Siguiendo los pasos de Walter, fue que en el año 2000 Danny creó la banda Kawe Calypso, en la que él es vocalista y compositor. Sin embargo, hoy el calypso está peligrando debido a la falta de fondos. “Intentamos mantener el calypso en marcha porque es una música cultural y es importante que no muera. Tenemos que enseñarles a los niños y hacer que el calypso siga adelante”, nos dijo Danny preocupado.
Los padres de Danny migraron desde Jamaica para trabajar en la construcción de carreteras y en las plantaciones de bananas, como la mayoría de los afrocostarricenses del área. Las compañías contrataban a los migrantes de Jamaica por su supuesta resistencia a los mosquitos y al trabajo extremadamente pesado de las plantaciones. Estas condiciones eran la nueva esclavitud pagada en el Caribe, ya que estos debían trabajar sin descanso por un pago miserable.
“Crecimos hablando inglés jamaiquino, lo llamamos inglés criollo. En mi casa solo debíamos hablar inglés jamaiquino y en estos días modernos no es así, y varios niños están perdiendo su idioma”, nos dijo Danny. Entendimos que es a través del criollo jamaiquino que los afrocostarricenses han logrado mantener su conexión con sus raíces, y por eso la pérdida de esta lengua es un tema urgente para él y la comunidad. Alfonso, el bajista de la banda y oriundo de Puerto Limón (ciudad principal de la costa caribeña de Costa Rica), nos contó que “el auténtico calypso es cantado en criollo jamaiquino” y que actualmente existen bandas que hacen esta música en español, pero estos serían calypseros, es decir, que no siguen el inglés criollo y la cultura local como los auténticos calypsonians. Estos distintos significados del concepto en inglés y español nos revela la importancia de la lengua en la música calypso, pues, como enfatizó Danny: “el objetivo número uno del calypso es mantener el inglés criollo vivo”.
Los abuelos de Alfonso, al igual que los de Danny, provienen de Jamaica y vinieron a hacer el trabajo pesado a Costa Rica. Nos contó Alfonso que él es familiar del famoso Marcus Garvey, un sindicalista anti-colonial jamaicano que se convirtió en un héroe para la comunidad afrocostarricense. Garvey llegó inicialmente a Puerto Limón en 1910 y trabajó, como los demás afrocaribeños, en las plantaciones de banana de la empresa estadounidense United Fruit Company. Un año más tarde, creó el periódico The Nation (La Nación) para difundir las condiciones abusivas de las plantaciones, pero pronto las oficinas fueron quemadas tras un ataque racista. Marcus Garvey se fue de Costa Rica, para formar la Asociación Universal para el Mejoramiento del Negro (UNIA), con el fin de unificar África, liberar a los afrodescendientes alrededor del mundo y así lograr su autodeterminación. Cientos de sedes de la UNIA se abrieron alrededor del mundo, incluyendo la oficina en Puerto Limón. Esta oficina tenía como diario oficial el Negro World (Mundo Negro), en el que denunciaban las malas prácticas de las bananeras y difundían las ideas radicales de liberación de Marcus Garvey.
Este interesante vínculo entre la UNIA y Kawe Calypso, no solo lo vemos a través de la familia de Alfonso, que aún recuerda la promesa de Marcus Garvey de traer un barco (el famoso Black Star Line) para llevar de vuelta a África a los afrocostarricenses, sino también a través de la historia de este género musical. “El Calypso se tocaba principalmente en el patio. No era nada parecido a otro tipo de música que se puede rastrear. Era algo para la familia, para alguien en una fiesta o un picnic”, nos cuenta Alfonso y agrega entonces que también era la música “para enterrar a alguien, porque se hacía como una fiesta, porque querían despedir a las personas con música”. Así, con el tiempo, a este tipo de música se le llamó calypso, y “tiene sus raíces en la gente de color y es parte de ella. Es nuestra cultura como descendientes de africanos. Me gusta porque habla de nuestra comida, nuestra lengua, etc.”, nos dijo Alfonso.
este género evolucionó desde el estilo kaiso, propio del oeste de África, que en sus letras satirizaba a los dueños de esclavos. Con el tiempo, y con el contacto de este tipo de música con la cultura local y otras lenguas, el calypso comenzó a representar la historia de otras comunidades afro.
La música calypso, y la banda Kawe Calypso en particular, no solo es un legado viviente de la resistencia afro. De hecho, este género evolucionó desde el estilo kaiso, propio del oeste de África, que en sus letras satirizaba a los dueños de esclavos. Con el tiempo, y con el contacto de este tipo de música con la cultura local y otras lenguas, el calypso comenzó a representar la historia de otras comunidades afro. Es relevante mencionar que el cantante principal es siempre un sabio, un narrador, ya que documenta la vida diaria y busca justicia para los afrodescendientes. Teniendo esto en cuenta, no es sorpresa que la encargada del bar nos contactara con Danny al preguntarle sobre un historiador. El mismo Danny incluso afirma que “el calypso es como si tuvieras un periódico escrito, tienes noticias de televisión, tienes noticias de radio, pero calypso es una noticia cantada, mensajes. Entonces eso es muy importante. Muestra tu talento, mantiene la historia y mantiene viva la música esencial y de nuestra generación”.
“Ciertas cosas en la vida, si no protestas, si no haces huelgas o no luchas por tus derechos, simplemente estarás a la espalda. Así que siempre debes intentar decir lo que piensas”, nos dijo Danny. Calypso es justamente una expresión política de la comunidad afrodescendiente de Cahuita. Es la encarnación de la historia de los afrocostarricenses, junto con sus luchas por mejorar las condiciones de vida tanto para su comunidad y la diáspora africana.