EDS. Borde Libre, La Serena, 2022
Pájaralengua es el primer poemario de Camila Albertazzo, crítica literaria y escritora. El libro fue publicado por EDS, Borde Libre, en La Serena el año 2022. En Pájaralengua la voz poética traza un viaje en búsqueda de su geografía, su voz particular, su cuerpopaisaje. Sumergirse en este libro es como entrar al agua, una invitación a un viaje a las memorias de Antakari.
La voz poética de Albertazzo recuerda a Roxana Miranda Rupailaf en “Las Tentaciones de Eva” y a Karo Castro en “La mujer gallina”, donde el lenguaje de los pájaros se convierte en un medio de comunicación y expresión. También evoca a Alejandra Pizarnik, quien en su poema “Carencia” habla de la soledad con alas: “Yo no sé de pájaros, no conozco la historia del fuego. Pero creo que mi soledad debería tener alas”.
Presenciamos una escritura situada, que busca hacer hogar en el paisaje, en la palabra y en el cuerpo:
He ubicado las líneas del Ecuador en mi muslo derecho
los apus que me gobiernan
alzan su noble cabeza negra
Voy a cursar cruces en mi mapa
para seguir el camino del Inca (13).
En el libro, el cuerpo como signo busca hablar con el reflejo del ancestro, con la voz del camino y con los espíritus que guían el retorno al centro de sí, de Todo.
La geografía de Pájaralengua es una de alas y cuerpos en movimiento, de tierras recorridas por aves de otros tiempos. La voz poética nos sitúa en la tierra y nos presenta un mundo imaginado, lleno de memorias y sueños de Antakari, donde la narrativa busca representar el mundo y el pensamiento poético encuentra su propio universo en las palabras. Albertazzo nos lleva a un viaje a través de la memoria y el cuerpo, donde la escritura se sitúa en un camino ya recorrido por otros. La voz poética se encuentra en un constante retorno, como en la canción “Vuelvo al sur” de Piazzolla, donde el sur es un destino del corazón. La “lenguapájara” vuelve al sur, llevando consigo la esencia de su origen.
El poemario también explora las raíces de las comunidades indígenas, que vuelan como micelios bajo nuestros pies, reflejándose en el mar como su cielo. La transformación del mundo, Pachakuti, se manifiesta en la inversión del mar y el cielo, donde la pájaralengua habla en las lenguas de sus sombras. Este reflejo de nuestras conciencias en azul nos invita a un viaje interior, a la memoria de lo invertido y a la escritura como un viaje dentro del pecho y sus verdades.
En Pájaralengua, los cuerpos quieren hablar con el reflejo del ancestro, con la voz del camino que conoce el viaje. Sin embargo, el amor filoso y su lengua punzante dictan un camino distinto del ya recorrido. La voz poética reconoce que no somos Antakari, que no hemos descubierto el amor en el desierto, y que el amor puede estar presente antes del retorno:
No somos Antakari
no caminamos
no hemos descubierto
el amor en el desierto (63).
La velocidad del vuelo y la sensibilidad del viaje se reflejan en las alas y sus trayectos zigzagueantes. El movimiento de las voces en el texto, de las letras en las palabras, y la búsqueda del territorio en el cuerpo se encuentran en la epifanía del desplazamiento. La riqueza del diario de los viajeros, de los sobrevivientes y exploradores, se manifiesta en la inmersión en el cuerpo y en la palabra.
El poemario nos invita a hacer del trayecto nuestro destino. La casa es sumergirse, y el destino es nadar en las profundidades de nuestras conciencias. La escritura de Albertazzo es un testimonio de una experiencia viva, donde la casa es un verbo y el destino es el derrame de la palabra. “La casa es sumergirse” (14).
En “Pájaralengua” hay movimiento, historias del viaje, donde las palabras narran las trayectorias de los cuerpos en los territorios y en los tiempos. La voz poética de Albertazzo se sumerge en el cuerpo y en la geografía de la madre, explorando el nexo entre la postmemoria y la literatura de las hijas. Este vínculo se refleja en el poema “Pájara Mater”, donde la voz poética expresa el amor y la conexión con la madre: Tu carne no termina de despegarse de mi cuerpo” (42).
Los hogares y las identidades no se encuentran, se construyen. En Pájaralengua, las casas tienen alma, al igual que las historias. La voz poética reconoce que todos estamos en movimiento, y que el andar puede estar quebrado, pero siempre estamos avanzando. La escritura de Albertazzo es un testimonio de la marcha, del viaje y del desplazamiento, donde la lengua poética es pájara y su vuelo nos lleva a un mundo de visiones y afectos.
La lengua de esta voz poética es pájara, y en “Pájaralengua” encontrarás sus visiones, la textura y temperamento de su mundo, su propio lenguaje. Su propio universo afectivo. Aplausos en ternura rabiosa para quienes construyen en mundo, un día a la vez, en su propia ficción, hallando en la ficción la libertad de la idea, la disposición del cuerpo y la conciencia al movimiento, quizá no humano, del deseo a la voluntad.
Esta lenguapájara es la lengua del viaje, la voz de quien emprende la búsqueda por aquel lugar de pertenencia. Y de quien, en la escritura, evoca a Antakari, voz del camino, para que le enseñe a andar los otros vuelos de pájaros. Así, Antakari, camino, voz del camino, testigos de las lágrimas y la sangre derramada por la lenguapájara, acompaña los pasos de este libro, acompáñale en su vivir.
“Pájaralengua”, te abrazo desde otra lengua pájara, quizás compartimos tonalidades en nuestras plumas, en el crisol maravilloso de la ventana que nos otorgan los ojos.